Leo desde muy
pequeña, mi primer libro lo recibí como obsequio de navidad cuando tenía cinco
años, fue uno de Julio Verne, me lo dio mi tío, se titulaba Miguel Strogoff el
mensajero del zar; previamente había leído otros libros, todos ellos
infantiles, así que fue maravilloso recibir mi primer libro “adulto” (a pesar
de que tenía dibujitos, estaba planteado como una historieta), creo que ese fue
el punto de mi vida en el que me enamoré definitivamente de los libros.
Debido a
numerosas mudanzas dicho libro ya no está, pero guardo de él un recuerdo
precioso que atesoraré por el resto de mi vida aunque Julio Verne no sea mi
autor favorito. También se extiende un maravilloso agradecimiento a mi tío
Hugo, porque a veces las personas no se dan cuenta cómo los simples gestos
pueden marcar tú vida.
Así que tengo
veinticuatro años de libros a cuestas, podría decir que he leído de todo,
grandes clásicos de la literatura, otros no tan grandes; también he descubierto
que los libros que muchos aman por ser considerados las mejores obras de tales
autores, no suelen gustarme mucho, pero sus libros menos conocidos suelen
parecerme fascinantes. He pasado por todos los géneros, unos me han gustado más
que otros, pero por más que me decante por la literatura gótica y me fascine
Dumas padre o Le Fanu; no puedo negar que el autor que me cambió la vida a los
doce años y el que me convenció de querer ser escritora, fue Lawrence Durrell
con su saga del Cuarteto de Alejandría.
Ahora, después
de un premio (que considero no me merecía), me he embarcado en un mundo
maravilloso, tan maravilloso como me lo imaginaba siendo una niña; he conocido
escritores geniales y talentosos, personas conscientes y dispuestas a tender
una mano a los escritores novatos como yo (aunque insistan en llamarnos
noveles), amigos que van creciendo a la par, que se han convertido en
inigualables compañeros, editores, correctores, diseñadores y demás; como
también he conocido gente que se cree el “no va más”, o como decimos acá en
estas tierras: la última coca cola del desierto.
Yo, me he
convertido en una escritora de ficción de horror y fantasía oscura, una pichona
que apenas se lanza a esto, apoyada por unos grandes amigos, una editorial
nacional y, también, por el sistema de autopublicación para poder llegar a
nivel internacional.
Hay personas a
las que les debo muchos agradecimientos, a Richard Sabogal por el premio, a
Gusmar Sosa y Héctor González por haberme seleccionado para dicho galardón,
pero más que nada por convertirse en mis amigos de lucha y socios en nuestra
Legión del Mal; a Kasandra Finol, excelente escritora y amiga, que me ha
ayudado con mis innumerables preguntas (lamento fastidiarte tanto nena XD), a
Audrymar Rodriguez que se ha encargado de motivarme para que me vuelva más
prolija a publicitar mi obra y que insiste en ayudarme; y a mi esposo, que ha
sido mi principal motivador, que ha creído en mí y evita que yo deje de creer
que tengo talento.
Y como esto se
está poniendo medio sentimental y lagrimoso, es mejor concluir. Los
sentimentalismos no van mucho de la mano con un escritor de horror.
Me despido y
agradezco los minutos que tú, lector, te has tomado para leer. Recibe la
bienvenida a estos Mundos Oscuros, y espero que disfrutes al leer, tanto como
yo he disfrutado el escribir.
Johana.
Ay mi bella, no te preocupes estaré siempre para ti, eres una mujer encantadora. Y una gran amiga.
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