Siendo muy honesta es difícil
hablar de Richard Sabogal como escritor; he tenido el honor de leer y corregir
algunos de sus relatos, que han resultado ser bastante buenos. Si me preguntan
si lo recomendaría como lectura, ciertamente diría que sí, mucho más después de
haber leído su libro “Cuentos para morir leyendo” con el que comparte la autoría
junto a Gusmar Sosa, otro escritor venezolano.
Puedo decir que Richard puede
convertirse en un reconocido exponente del género negro en mi país, para los
amantes de esta literatura les puedo asegurar que este autor no escatima en
palabras para inundar la cabeza del lector con imágenes bastante claras; lo
bueno de su obra es que no anda con delicadezas, es ruda, oscura y plagada de
la parte vil de la naturaleza humana.
La obra “Cuentos para morir
leyendo” se vale de un juego retorcido entre los autores que a mí me parece
encantador, dentro de sus líneas y relatos se teje una trama humorística de por
qué uno mata al otro; entre sus páginas encontraremos las ironías de las que
están plagadas las vidas de los escritores y editores, algo que en una
perspectiva un poco aterradora, podría considerarse normal, debido a la
“sensibilidad” que caracteriza a la gente de letras. En resumidas cuentas es un
libro genial, con sus pequeños detalles que demuestran el carácter un tanto
“ingenuo” y autodidacta de la obra.
Hubo un relato en particular que
me encantó, que se sobre puso a todos los demás, una obra maestra dentro del
libro, es existencialista, oscuro, negro, doloroso, cruel y real, porque no
puedo evitar pensar que las historias que relata y se unen a través de un
espejo, que se convierte en testigo silencioso de dichas desgracias, puede
pasar. Nada más porque otros lean el relato Óbito tres de Richard Sabogal en
“Cuentos para morir leyendo” lo recomiendo con los ojos cerrados.
Esta obra la pueden conseguir por
la página de la editorial Negro Sobre Blanco que dirige, también, mi querido
amigo Richard. Si pueden adquirirla, no lo duden ¡Cómprenla!
Saludos desde mis mundos oscuros.
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