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domingo, 31 de mayo de 2015

Escritores: Edgar Allan Poe

Todo aquel que se diga lector del género gótico se ve obligado, casi religiosamente, a leer los relatos de Edgar Allan Poe. No igual, los lectores de terror, porque aunque es considerado el padre del género, uno de los más grandes precursores (si no el más grande) realmente, al leer a profundidad su obra, encontramos que no es propiamente un escritor de terror.

Claro que el terror tiene muchas vertientes, y muchos lectores asocian el gótico con el terror, por simple desconocimiento de los lineamientos que rigen cada género. Evidentemente esto sucede en la medida en que afinamos nuestros gustos y hábitos de lectura, cuando dejamos de ser lectores amateurs y pasamos a ser lectores analíticos, que además de asimilar la historia, también comprenden y descubren que un libro es fondo y forma.

Cabe destacar que dicha comprensión está íntimamente relacionada con la edad, (sí, con la edad) y con la experiencia, muchas veces no es igual leer un libro a los quince que leerlo a los veinticinco, incluso, muchos encuentran curioso que después de diez años ese libro que nos obsesionó en la juventud, lo hallen absurdo, inmaduro y nada atractivo.

Algo así sucede con este escritor, cuando leí “Corazón delator” en el bachillerato, mientras estudiábamos a los escritores del Romanticismo (lo estudié junto a Cortazar, Borjes, Quiroga e Isaacs) este relato me pareció una maravilla, claro que en ese entonces tampoco lo consideré de terror, de hecho me parece mucho más terrorífico “La gallina degollada” de Horacio Quiroga; pero en perspectiva, y por acción de los años pasados desde entonces, aunado al hecho de que ahora leo con la visión de quien escribe a conciencia, puedo aceptar que E.A.P. es de terror… psicológico.

Recientemente me di a la tarea de buscar aquellos relatos del autor que son considerados de terror. Leí “Ligeia” “Corazón delator” “La Caída de la casa Usher” y “Gato Negro” (además de todos los adicionales de él, como “La caja oblonga” o “La máscara de la muerte roja” que es uno de mis favoritos). Analizando dichos relatos con ojo crítico, uno puede notar el recurrente existencialismo en ellos, su terror se basa en la culpa, la excitación de los sentidos por el opio y/o alcohol, o por los temperamentos sensibles que conducen a la locura. Muy pocas veces vemos en sus relatos un “ente providencial y sobre natural” que produzcan los sentimientos antes mencionados; la mayoría de sus protagonistas, se encuentran en una pendiente existencial que se enrumba al hundimiento total, sea por desidia o por voluntad propia, en los cuales se regodean casi con fruición glotona. Ciertamente, no podemos descontextualizar el género al no tomar en cuenta la época en que fueron escritos; ahora en la actualidad, muchos encontraremos que dichos relatos poseen un lenguaje recargado, lleno de una profunda, aunque influenciada, culpa o miedo, por algo que hicieron o que piensan hacer.

Aunque en la literatura de este ilustre escritor existen diversos géneros, la única novela que escribió, y la cual poseo, jamás la he leído, es una especie de decepción que conservo de aquellos días en los que aseguraba que Poe era mi escritor favorito, solo para descubrir que su novela era sobre marineros y que para mí (hago énfasis en eso: para mí) no significaba mucho o nada, pues esperaba una trágica historia de amor, oscuridad y terror.


Una cosa que es indiscutible es el nuevo estilo gótico que utilizó, traslado la decadencia de las descripciones del Medioevo y las aplicó a su modernidad, aunque algunas de sus historias suceden en antiguos castillos (La máscara de la muerte roja) el resto se desenvuelve en las calles de su actualidad, le confiere a ellas es carácter enigmático y misterioso, ruinoso, propios del goticismo, e incluso sus personajes guardan semejanza con estos abnegados héroes y heroínas, o en su defecto, sus villanos tienen esa aura despreciable e inmoral, que también pertenecen al género.

Considero que Edgar Allan Poe es uno de esos escritores (excelentes) que te permiten releer su obra a través de los años y encontrar nuevos puntos de vista e interpretación, cuando un escritor consigue esa versatilidad, está destinado a pasar a la historia, tal y como este lo hizo; es tal vez por esta versatilidad que menciono, por la que E.A.P siempre está de moda, más que como simple representante de una época histórica dentro de la literatura.


martes, 28 de abril de 2015

Escritores Venezolanos: Richard Sabogal

Siendo muy honesta es difícil hablar de Richard Sabogal como escritor; he tenido el honor de leer y corregir algunos de sus relatos, que han resultado ser bastante buenos. Si me preguntan si lo recomendaría como lectura, ciertamente diría que sí, mucho más después de haber leído su libro “Cuentos para morir leyendo” con el  que comparte la autoría junto a Gusmar Sosa, otro escritor venezolano.

Puedo decir que Richard puede convertirse en un reconocido exponente del género negro en mi país, para los amantes de esta literatura les puedo asegurar que este autor no escatima en palabras para inundar la cabeza del lector con imágenes bastante claras; lo bueno de su obra es que no anda con delicadezas, es ruda, oscura y plagada de la parte vil de la naturaleza humana.

La obra “Cuentos para morir leyendo” se vale de un juego retorcido entre los autores que a mí me parece encantador, dentro de sus líneas y relatos se teje una trama humorística de por qué uno mata al otro; entre sus páginas encontraremos las ironías de las que están plagadas las vidas de los escritores y editores, algo que en una perspectiva un poco aterradora, podría considerarse normal, debido a la “sensibilidad” que caracteriza a la gente de letras. En resumidas cuentas es un libro genial, con sus pequeños detalles que demuestran el carácter un tanto “ingenuo” y autodidacta de la obra.

Hubo un relato en particular que me encantó, que se sobre puso a todos los demás, una obra maestra dentro del libro, es existencialista, oscuro, negro, doloroso, cruel y real, porque no puedo evitar pensar que las historias que relata y se unen a través de un espejo, que se convierte en testigo silencioso de dichas desgracias, puede pasar. Nada más porque otros lean el relato Óbito tres de Richard Sabogal en “Cuentos para morir leyendo” lo recomiendo con los ojos cerrados.


Esta obra la pueden conseguir por la página de la editorial Negro Sobre Blanco que dirige, también, mi querido amigo Richard. Si pueden adquirirla, no lo duden ¡Cómprenla!


Saludos desde mis mundos oscuros.