Hoy en la mañana bajé caminando
hasta el pueblo más cercano, llamé a mi abogado y concerté una cita para el día
siguiente, como dije al principio de esta historia cumplo un mes en esta casa,
su apacible belleza esconde un terrible secreto, creo que la tía Silvia se
salvo de la Gorgona por su ceguera, eso me ha dado una idea que me permitirá
ganarle la partida al demonio que me acecha por la ventana, todas las noches se
acerca hasta la habitación en la que me encuentro, veo su sombra tratando de
alcanzarme desde afuera, algunas veces he sentido la necesidad morbosa de
tocarla, de averiguar si su poder me alcanzará allí dentro, que su proyección
es tan fuerte que me convertirá en estatua solo por el reflejo; pero un
espíritu de cordura y razón me detiene, si la tía Silvia pudo sobrevivirla, yo
también.
Está noche es como las
anteriores, puedo oírla acercándose a mi casa, inundando el silencio con sus
siseos y cascabeles, llenando mi cabeza de alucinaciones serpentiles que me
consumen; pero no podrá ¡No la dejaré! No permitiré que su maldito hechizo
acabe conmigo.
La sombra se proyecta por la
ventana, he acercado un espejo para poder verla antes de llevar a cabo mi
cometido, quiero conocer el rostro de mis tormentos, la causante de mis
terrores nocturnos, necesito mirar sus cabellos horrorosos que se mueven en
todas direcciones, su rostro debe estar lleno de las cicatrices de los
colmillos de esas bestias venenosas, seguramente las venas de su cara son
negras y marcadas por l sangre ponzoñosa que corre dentro de ella, sus ojos
han de ser brillantes y oscuros, incluso su propia lengua bifurcada se escapará
de sus labios; casi puedo imaginarme su cuerpo de serpiente elevándose del
suelo, con sus escamas oscuras, tan duras como el acero, porque ese sonido de
arrastre solo puede significar que no tiene piernas, que toda ella es una
serpiente enorme con un cuerpo horroroso y mortal.
Ha pasado cerca, varias veces,
creo que teme su propio reflejo, así que es precavida y no pasa de un límite
prudente, yo he bebido varias copas de un viejo vodka que encontré en la
despensa, mi cuerpo debilitado por el miedo no soporta demasiado estas cosas,
ya he tomado mi decisión, sólo espero el momento adecuado, no hay marcha atrás,
la Gorgona de mi ventana me acecha más intensamente, es como si hubiese
adivinado mis intenciones, quedan unas pocas horas, el cuchillo está listo.
Me acercaré a la ventana, y justo
frente a ella, donde pueda verme, me sacaré los ojos y se los lanzaré al jardín
con un grito triunfante, no podrá tenerme, no podrá conmigo, al final… yo ganaré...
Fin.
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